domingo, 16 de enero de 2011

Los agronegocios


En lo general podemos afirmar que los programas para la agricultura que se inscriben en el marco de estos proyectos nacionales, llámense de desarrollo rural integrado, reconversión productiva, modernización, o desarrollo territorial rural nos remiten invariablemente al discurso de la globalización, hoy predominante. Su empeño ha sido promover la proliferación, expansión y consolidación de las explotaciones agrícolas a gran escala, de alta rentabilidad o con expectativas prometedoras en ese sentido. Entre sus estrategias sobresalen: a) facilitar el arribo de la inversión privada al sector; b) eliminar limites jurídicos en el mercado de tierras, y c) canalizar el apoyo gubernamental a las empresas productoras de bienes agropecuarios de consumo final altamente competitivos por su precio, calidad o características; también cuando se trate de unidades proveedoras de insumos agroindustriales.
En este modelo una distribución más equitativa del ingreso y la reducción de la pobreza rural serían el efecto lógico de resultados macroeconómicos positivos, siempre que el entramado institucional permitiera una asignación eficiente de los recursos productivos, ofreciera garantías a su movilidad interna y promoviera el acceso a los mercados externos. El ramo agrícola (al lado de la industria liviana) se beneficiaría en especial, con crecientes flujos de capital y mayor empleo, por tratarse de una actividad a la que caracteriza el uso intensivo de trabajadores no calificados (Stallings y Weller, 2001:193). En este modelo, un mercado de tierras dinámico es parte medular en la estrategia para facilitar la eficiencia y crecimiento productivo, y un factor clave para incitar para la llegada de la inversión al campo (Herrera, 1996:12). El éxito de la empresa agrícola dependería de la combinación y manejo óptimo de los factores productivos en economías de escala, sacando partido de las ventajas comparativas de la región y en particular del bajo costo de la mano de obra. En ese sentido, se preveía que las políticas a favor de la flexibilidad laboral tendrían incidencia directa en el ámbito de la empresa agrícola, al abaratar en el costo del factor trabajo y apuntalar la eficiencia; mientras contenían las presiones inflacionarias.
En la propagación de estos proyectos que exaltan la importancia de la agroexportación, pesaron factores adicionales al escenario crítico de esos años. Internamente destacan las contradicciones que en términos sociales, micro y macroeconómicos e incluso ambientales suscitó en la agricultura regional la modernización bajo la revolución verdecentrada en el monocultivo dependiente en alto grado en los insumos inorgánicos y la mecanización-; que se sumaba al agotamiento del patrón de crecimiento hacia adentro de posguerra manifiesto en crecientes desequilibrios financieros en la generalidad de los países de la zona. Desde el exterior fueron decisivos el advenimiento de la ingeniería genética como paradigma tecnológico dominante en el rubro agropecuario; la caída del precio de las materias primas y alimentos en los ochentas, y el creciente control corporativo de la producción agroalimentaria mundial. Este último se hacía presente a través de instancias e instrumentos internacionales promotores de la producción agrícola al margen de subsidios y el comercio libre.
3.2. ¿Saldos positivos?
Sabemos que este espacio resulta insuficiente para exponer apenas los procesos que se han suscitado en la agricultura a partir de la reorientación del modelo de crecimiento en la zona, por los que nos concentraremos en algunos aspectos macroeconómicos relevantes, comentando en cada caso algunas de sus repercusiones sociales más críticas. La intención es evidenciar algunos datos y hechos poco difundidos pero que ponen en entredicho los éxitos en materia de producción, productividad y balanza comercial. También observaremos hasta qué punto se han cumplido las expectativas de una asignación más eficiente del recurso territorial, buscando conocer el significado que ha tenido para la población del campo el impulso de un mercado dinámico de tierras y aguas.
Crecimiento medio anual del PIB global y agrícola de América Latina y el Caribe

1970-80
1980-90
1990-2000
2000-2004
PIB Total
5.6%
1.1%
3.1
0.4
PIB agropecuario
3.5%
2.3%
3.1
3.4
Fuente: Elaboración propia en base a CEPAL/IICA, 2002 y CEPAL, 2005.
Evolución de la producción Agrícola en ALC

Estructura porcentual
Crecimiento medio anual
Periodo
1980
1990
2000
2004
80´s
90’s
2000-04
Maíz
6.1
5.3
6.0
5.9
1.0
4.4
3.0
Cítricos
4.1
4.7
4.7
3.9
3.7
3.2
-1.3
Soja
5.0
6.8
8.5
11.2
5.5
5.5
11.0
Hort. y melones
4.5
4.8
5.2
5.0
2.8
4.1
1.9
Caña de azúcar
8.5
9.4
7.5
7.6
3.3
0.9
3.5
Arroz
4.0
3.0
3.3
3.2
-.06
4.0
2.8
Legumbres
2.1
2.0
1.7
1.6
2.0
1.0
2.4
Otras frutas
6.1
5.9
5.7
5.5
1.9
2.9
2.5
Bananos
4.1
3.9
3.3
3.0
1.9
1.5
0.9
Raíces y t.
4.7
4.0
3.4
3.1
0.8
1.5
0.7
Café, verde
2.8
2.9
2.3
2.2
2.7
0.9
2.0
Trigo
2.7
3.0
2.5
2.4
3.2
1.3
2.5
Algodón
2.8
2.3
1.1
1.4
0.2
-4.3
11.1
Tabaco
1.6
1.2
1.1
1.3
-0.5
2.4
8.6
Cacao
0.5
0.4
0.2
0.2
0.2
-1.6
0.0
Remolacha
0.1
0.1
0.1
0.1
10.2
2.1
-5.1
Agricultura
59.7
59.7
56.8
57.7
2.3
2.6
3.9
Pecuarios
40.3
40.3
43.2
42.3
2.3
3.9
2.8
Fuente: Datos de la CEPAL (2005), con base a cifras de la FAO, para 27 países.
Importaciones, Exportaciones y Producción agropecuaria en ALC
Crecimiento medio anual (1980-2000)

1980-90
1990-95
1995-00
1990-00
Exportaciones
3.3%
6.0%
6.8%
6.4%
Importaciones
-0.9%
10.2%
6.7%
8.6%
PIB sectorial
2.3%
3.6
2.7
3.1%
Fuente: Elaboración propia en base a CEPAL /IICA, 2002 y CEPAL, 2005